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Como cada semana empiezo poniendo a continuación un resumen de 1 artículo que ya había sido publicado en Pastando en Mulgore.
Yo siempre he sido defensor del juego casual y del derecho a jugar sólo por afán de diversión dejando la competitividad de lado. Sé que hay jugadores muy competitivos pero juraría que la mayor parte de los que poblamos Azeroth no lo somos, y Blizzard lo sabe.
En mi hermandad siempre he procurado fomentar esa vertiente del juego, la que implica que nadie tenga que competir para tratar de ser mejor que el resto. Muchos pueden pensar que con esa mentalidad no se va a ningún lado en este juego, pero se equivocan.
Una cosa es decir que una hermandad social no fomenta la competitividad, pero otra muy distinta es pensar que por eso no va a tener lo mismo que hay en las demás. Seguramente no tenga un gran avance en pve, y aun así sin prisas pero sin pausa, todo termina llegando aunque sea cuando el resto ya lo tiene.
Mi hermandad podría ser un buen ejemplo de ello. Nos hemos pasado toda la expansión sin hacer raids pero poco a poco algunos nos fuimos reuniendo para hacer contenido de raid antiguo y completar los logros de hermandad. Así de esta manera empezamos a raidear en esta expansión.
La cuestión es que al no ser raids de avance y no estar siquiera programadas las fuimos haciendo poco a poco, casi siempre con gente que no había ido nunca de raid con los demás. Al principio costaba, intentábamos montar la raid y faltaban 2 o 3, pero poco a poco los demás iban apareciendo y llegó el día en que simplemente éramos más de la cuenta.
Imaginaos la escena, nosotros en Veranda, intentando completarla en modo de 10 jugadores y con 13 voluntarios… Cualquier otro podría haber dejado esperando a los 3 que sobraban, pero nosotros preferimos ampliar nuestros horizontes, convertir la raid a flexible e ir directamente a Asedio de Orgrimmar. Esa fue la primera pero luego les cogimos gusto y poco a poco las hemos ido montando casi a diario, rindiendo el máximo honor al nombre de flexibles.
Y digo lo del máximo honor al nombre, no por decir sino porque la rigidez no va con nosotros. No les ponemos un horario fijo sino que simplemente cuando alguien quiere ir empieza a montarla e invita a los demás. No hay raid leader definido sino que cualquiera se puede encargar de llevar la raid. Hay veces que a lo largo de la semana tenemos hasta 6 raid leaders distintos y eso ayuda porque todo el mundo tiene la oportunidad de hacer las cosas a su manera y no hay que depender de una sóla persona.
Por supuesto el equipo tampoco es algo que miremos, sólo nos fijamos en el nivel y decimos eso de “si puedes pasar por la puerta puedes venir”. Da igual que alguien venga con verdes, porque en nuestra opinión en una raid de hermandad no se debería de discriminar a nadie.
Para mi esto es la evolución lógica de las raids de hermandad y la ayuda perfecta para que ningún compañero se tenga que quedar atrás porque no cabe en un grupo con un número estricto de personas. Y en WoD será incluso mejor porque desaparecerán las raid normales y el modo flexible será el que por defecto tengan que probar todas las hemandades al empezar.
Será un gran avance para aquellos que hasta ahora tenían que quedarse esperando por si había sitio para ellos, dando la oportunidad de que muchos que antes se quedaban a las puertas ahora puedan entrar. Yo tan sólo espero que no se paren ahí, y que con el tiempo el contenido se pueda flexibilizar aun más para que nadie se tenga que quedar fuera nunca más.
Os recuerdo que esto no es más que un resumen de lo que ya fue publicado en PEM, si queréis leerlo íntegro junto con los comentarios de los lectores podéis hacerlo aquí.
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