/image%2F0885952%2F20140929%2Fob_fbd4af_ob-0e3ec7-el-taller-del-gnomo-png.jpg)
Muchos me han preguntado qué es lo más difícil que tiene que hacer un Maestro de Hermandad, y aunque son muchas las cosas que podría nombrar, casi siempre respondo que lo más difícil es tomar las decisiones correctas.
Un líder de hermandad tiene que tomar muchas decisiones; invitaciones, rangos, banco, horarios, castigos o premios, quien tiene razón y quien no, etc. Por lo general son decisiones sencillas, de esas que se toman a diario, en plan ¿Me tomo el café solo o con leche?, o más bien ¿Invito al nuevo a la raid o espero al save?. En realidad, la mayoría no son decisiones complicadas, pero a veces también hay de esas... Y alguien tiene que tomarlas.
A cualquiera que esté dirigiendo una hermandad el tiempo suficiente, le llegará el momento en el que tenga que tomar una decisión difícil. Una situación en la que esperaba no tener que verse nunca, pero que ha de afrontar igualmente. Son esos momentos los que al final definen quien es, o no, un buen líder.
Algunas decisiones difíciles lo son más que otras, pero no por eso podemos pasarlas por alto y dejar que las tomen otros, sigue siendo nuestra responsabilidad y hemos de ser conscientes de que tomar la decisión incorrecta puede traer consecuencias graves, incluso la desaparición de la hermandad. No las llamo desiciones difíciles a la ligera, lo hago porque aunque dependa de nosotros tomarlas, casi siempre hay factores externos que tratarán de influir sobre nosotros.
Os pongo un ejemplo, hace poco más de medio año hubo en mi hermandad una revuelta, la típica situación en la que un grupo de jugadores querían una cosa que ni yo ni mis oficiales estábamos dispuestos a consentir. Como resultado de esa revuelta la decisión tomada consistió en expulsar de la hermandad a los cabecillas, con el consiguiente abandono de sus seguidores, que fueron detrás por propia voluntad.
No fue una decisión fácil de tomar, hubieron muchas quejas al respecto, presiones para que rectificásemos, amenazas (sin gravedad) si no nos ateníamos a razones, etc. Después de todo eso vino la típica etapa de insultos, de echar cosas en cara y la migración masiva a otra hermandad. Como podéis ver no fue nada del otro mundo, sino una historia contada mil veces ya, aún así hubo que aguantar el tipo, aceptar las consecuencias de la decisión tomada y seguir adelante.
El final de la historia ocurrió no hace mucho, cuando todos esos que entraron en la otra hermandad tras abandonar la mia, salieron de allí de golpe, por unas razones que según tengo entendido, no se diferencian mucho de las que provocaron el problema original. Podría decir que el tiempo me ha dado la razón, y que a pesar de los que se opusieron en un principio, la decisión tomada fue la correcta.
Este es tan sólo un ejemplo de lo difícil que puede ser para un Maestro de Hermandad el tomar una decisión, y de como a veces, incluso teniendo a los demás en tu contra hay que mantener la decisión tomada porque sabes que es la correcta.
Por eso esta semana quiero que además me contéis las ocasiones en que habéis tenido que tomar una decisión difícil, o se la habéis visto tomar a otros, y que me respondáis a esta sencilla pregunta:
¿Tomásteis en su momento la decisión adecuada?
/image%2F0885952%2F20190307%2Fob_40d501_osborne12.jpg)
/image%2F0885952%2F20150629%2Fob_96103e_el-taller-del-gnomo.jpg)
/image%2F0885952%2F20190113%2Fob_bc333d_portrait-of-gustavo-adolfo-becquer-b.jpg)
Comentar este post