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El tema de esta pregunta va dedicado a Kalimist de Uldum que fue quien lo sugirió en el hilo que tiene el
índice de preguntas.
Puede ser que no me haya quedado bien clara la idea que el quería expresar (si es así lo siento), pero tal y como yo lo he entendido el problema surgió a raíz de los comentarios hechos por unos
en tono jocoso y recibidos por otros como ofensivos.
Esto que en principio puede parecer una tontería y que la mayor parte de las veces es tratado como una broma puede en realidad traer consecuencias indeseadas, como lo que he leído hace un rato en
el foro general acerca de un jugador al que expulsaron de su hermandad por (según su versión) hacer una única broma puntual acerca de la condición sexual de alguien.
Al wow juegan muchísimas personas, por lo tanto es lógico pensar que entre toda la gente que está a nuestro alrededor habrá algunos que pertenezcan a un grupo que pueda sentirse ofendido o
discriminado por algún comentario hacia su forma de pensar, su condición sexual, raza, religión, país de procedencia y mil razones más.
En realidad son tantos los factores que en un momento dado pueden hacer que alguien se sienta ofendido por algo que es casi imposible controlarlos todos, así que lo único que queda es procurar
que todo el mundo comprenda que ciertas cosas no se pueden decir en público.
Por suerte o por desgracia por mi hermandad han pasado muchos jugadores pertenecientes a algunos de esos colectivos que suelen ser objetivo de este tipo de bromas de mal gusto; homosexuales,
extranjeros de Europa del este, católicos de izquierdas, españoles con pensamientos de extrema derecha, inmigrantes con culturas y religiones distintas etc. Todos ellos posible objetivo de
alguien que tuviese una forma de pensar totalmente opuesta a la suya o que albergase algún tipo de prejuicio en su contra.
En alguna ocasión se ha dado el caso de que alguien hace un comentario poco acertado, o usa un lenguaje que los compañeros que están conectados en ese momento consideran inapropiado y hace que
alguien se sienta ofendido. Por suerte siempre hay quien que intenta poner algo de orden para devolver las aguas a su cauce pero a veces... a veces no se puede.
En ocasiones el problema es que quien hace el comentario opina que no ha sido para tanto y se niega a disculparse porque es incapaz de comprender que a la otra persona le haya molestado.
Otras veces resulta que el comentario ha sido hecho sin malicia y quien lo hizo se disculpó inmediatamente al darse cuenta de que no había sentado bien, pero la persona ofendida opta por mantener
su indignación y prefiere seguir mareando la perdiz y avivando una polémica que podría no existir si aceptase las disculpas.
Incluso hay quien busca ofender con mala intención porque sabe que lo que diga provocará malestar a los demás.
Son muchas las formas en las que alguien puede verse ofendido y cada una dependiendo de la intención que tuviese quien lanzó la ofensa tiene una solución distinta. Pero lo más importante es que a
pesar de que este tipo de problemas hay que solucionarlos tan pronto suceden, es mucho más fácil hacer comprender a los demás que no todos somos iguales y que antes de decir algo que pueda
molestar es preferible callar o por lo menos no decirlo en público.
Y llegados a este punto es cuando me toca haceros la pregunta de esta semana:
¿sois políticamente correctos en vuestra hermandad?
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