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Este es sólo el primero de unos artículos que tengo intención de escribir, no sé cuando vendrán los siguiente, ni tampoco si llegarán de seguro, pero al menos este está aquí.
Hay cosas que parecen muy sencillas vistas desde fuera, pero que una vez y te toca hacerlas a ti no sabes por donde empezar siquiera.
Eso de por sí no sería un problema, si no fuese por la actitud que tienen muchos de quejarse por todo sin pararse a pensar siquiera.
Ese el el problema, que muchos no piensan antes de hablar y al final se monta la marimorena porque encima hay quien prefiere seguir a los que no piensan. Aunque quien sabe, puede que lo hagan por
no tener que pensar ellos también.
Se ve en los foros todos los días, alguien dice que Blizzard no equilibra las clases porque no quiere, o que no pone una bolsa más grande que la original de 16 huecos, o que no modifica el diseño
de las razas o que... lo que sea. Como si fuese tan sencillo de hacer.
Seguro que a ninguno de los que dicen que no se hace por dejadez les ha dado por pensar en todo lo que habría que cambiar para hacer uno sólo de esos cambios. No digo que sean cambios imposibles,
sino que tan sólo no son sencillos.
Modificar una clase para que no esté nerf implica revisar todas sus ramas de talentos, contar con los buffs que se pueden tener en un momento dado, los encantamientos y habilidades
especiales de las piezas de equipo etc. Y después de eso hay que comparar las habilidades de los personajes tanto en pve como en pvp para que ninguno quede por encima del resto.
Es decir que cualquier cosa que cambie por mínima que sea puede modificar el balanceo de la clase. No sería la primera vez que pasa, y que una clase que estaba perfectamente balanceada se
convierte en over porque todo el mundo va a por el mismo objeto, y los desequilibra de forma bestial.
¿Os acordáis del Testamento del Libramorte?, pues eso, un objeto de pve que
desequilibró en su momento por completo el pvp.
Nunca es tan fácil como parece, pero a la hora de pedir un nerf es incluso peor.
Si al menos se pidiesen de forma educada, sin faltar al respeto a quienes llevan las demás clases, o a quienes tienen que remodelar la tuya puede que se consiguiese mucho más.
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