Azeroth es un mundo cruel plagado de peligros donde solamente los más fuertes sobreviven, ¿quién no se ha parado alguna vez en medio de un bosque a ver como un lobo ataca a un
pobre conejito o a un ciervo?, el fuerte es el que domina y sobrevive siempre.
Pero además de los animalitos de los bosques están los seres pensantes, los jugadores, gente que por puro instinto de conservación o interés tiende a unirse en comunidades donde intentan
protegerse unos a otros y sacar algún beneficio durante el proceso, la ciencia llamaría a eso una simbiosis pero nosotros hemos optado por llamarlo hermandades.
Ahora bien, si es cierto que las hermandades sirven para que podamos relacionarnos con nuestros semejantes y obtener algún tipo de beneficio, aunque sólo sea su compañía,
¿por qué hay hermandades que se mueren y terminan siendo abandonadas a su suerte?.
Pues porque como decía antes Azeroth es cruel y para sobrevivir hay que ser fuerte, o comes o te comen. Son muchísimas las hermandades que se crean a lo
largo del año y muy pocas las que consiguen llegar a nivel 25, es más muchas de las que llegan a nivel 25 terminan disolviéndose y transformándose en bancos.
No basta con querer que tu hermandad prospere y ponerle ganas, no es suficiente con cuidar a los miembros de la hermandad, y desde luego no es bueno para la hermandad quedarse
quieto mientras ves como otros se te echan encima.
Hay que morder o ser mordido, atacar antes de que te ataquen y demostrar que con tu hermandad no se puede meter nadie, aunque al final como
siempre, son los jugadores quienes eligen a que hermandad van y sobre todo en que hermandad se quedan.
Si una hermandad se pasa el día reclutando y entra mucha gente nueva los miembros de otras hermandades pueden pensar que allí estarán mejor y migrar en masa para incorporarse a sus filas, si la
hermandad nunca hace nada y la gente comienza a sentir que pueden obtener algo mejor en cualquier otro sitio lo buscará y se irá allí donde les den lo que quieren.
La gente elige en que hermandad se queda y los maestros de hermandad somos los máximos responsables de conseguir que elijan la nuestra, si nos abandonan
la hermandad se morirá y no será hora de lamentarse sino de alabar a la selección natural que ha sabido poner a cada cual en el lugar que le corresponde.
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Errante 07/31/2012 11:30