He visto casos de hermandades cuyos altos cargos se preocupaban de la creación y el cumplimento de estrictas reglas que, cumplidas, favorecían un desarrollo estable de la hermandad. Sin embargo,
lo más importante de una hermandad no son simplemente las reglas y su cumplimiento. Lo más importante son aquellos integrantes de a pie, que tienen la responsabilidad del cumplimiento de las
reglas. En ellos reside la decisión de si van a ayudar a desarrollar la hermandad o no. Suena algo muy simple, y lo es, pero lo importante es: ¿cómo hacer que éstos integrantes de a pie cumplan
sus obligaciones sin sentirse “esclavos” de los altos cargos? La solución es simple: la afectividad.
Una hermandad está integrada por muchas personas que, supuestamente, están decididas en ayudar a progresar a la hermandad pero, como todos sabemos, una persona suele entrar a una hermandad porque
o bien el avance PvE/PvP es muy bueno o bien porque quiere aprovechar las ventajas de los niveles de hermandad. Desgraciadamente, las personas que sueñan con el verdadero desarrollo de la
hermandad son solamente el jefe y sus oficiales (en la mayoría de las hermandades emprendedoras).
Lo que más favorece el progreso de una hermandad es la relación social entre todos los integrantes de ella, sean reclutas, miembros, oficiales o el mismo maestro/a. Si el entorno social de una
hermandad es positivo, el integrante de a pie cumplirá las reglas sabiendo que es por el bien de su hermandad, de los amigos que están en ella y de él mismo también.
Pero ahora viene el siguiente problema: ¿cómo hacer que el entorno social de una hermandad sea positivo?
En realidad, no hay un “método” para hacer que todas las hermandades sean sociales en un momento. La sociabilidad de una hermandad debe (y
enfatizo el “debe”) ser positiva desde la misma fundación de la hermandad. Es muy recomendable que se comience con un número de personas relativamente alto (en torno a 7 personas) todas ellas
amigas entre sí para que cualquiera que entre como novicio en la hermandad se dé cuenta del buen ambiente social de esta. El trabajo de los oficiales en este caso es cerciorarse de que el nuevo integrante de la hermandad esté más que bienvenido en ese entorno social, donde tods son amigos y conviven juntos.
Cuando el novicio se sienta parte del entorno social de la hermandad, será capaz de cumplir las reglas sin ningún tipo de resentimiento. Todo por el bien y el desarrollo de la hermandad.
Obviamente nos encontraremos gente poco sociable o “antipática” (con antipática me refiero a trolls, pr0s engreídos, sabelotodos, soyelquemasdpshaceyporesotengomasderechoalloot, etc). En ese caso
los oficiales tendrán que tomar las medidas adecuadas para mantener el buen ambiente en la hermandad y, en el peor de los casos, sacar la manzana podrida de la cesta.
Gracias por su lectura.
Este texto no pertenece al dueño del blog, sino que ha sido escrito por Amritsar de El Exodar
que ha querido compartirlo con todos nosotros a través de esta sección del blog. A él y no a mi corresponden todos los méritos por el mismo. Si queréis también compartir algo con la comunidad recordad que podéis hacerlo a través de esta sección, contactad conmigo y hablamos. |
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