Como cada semana empiezo poniendo a continuación un resumen de 1 artículo que ya había sido publicado en Pastando en Mulgore.
Rara es la semana en la que no me encuentro con varias quejas acerca del contenido actual del juego, da igual que sean dentro del mismo juego o que sean en los foros. El problema es
siempre más o menos el mismo. Alguien que se queja de que las cosas ya no son como antes, que antes todo era mucho mejor y que por culpa de Blizzard el juego ha cambiado, otras veces ni
siquiera le echan la culpa a la compañía sino que culpan al resto de jugadores. |
Os recuerdo que esto no es más que un resumen de lo que ya fue publicado en PEM, si queréis leerlo íntegro junto con los comentarios de los lectores podéis hacerlo aquí.
Se pueden decir muchas cosas sobre este asunto, de hecho se han dicho ya y seguramente se seguirán diciendo en el futuro. Pero hay una, que a pesar de haber sido dicha de muchas formas distintas
y que parece no tener relación con esto, es seguramente la clave de todo.
Hay jugadores que han perdido el rumbo, que le dan más importancia a lo que ven en la pantalla mientras juegan que a lo que tienen alrededor cuando desconectan, y que pese a lo que digan están
enganchados, ya sea de una manera o de otra.
- Este juego apesta, yo que tú no lo probaría
- Ojalá salga otro juego que haga desaparecer a este
- Yo lo dejé durante un tiempo porque no me gustaba y ahora volví con los 7 días gratis, sigue siendo igual
Leed esas 3 frases de ejemplo y cambiad cualquier referencia al juego por una referencia a las drogas. ¿A que dicho así suena como un caso grave de adicción?.
Pues eso es lo que tienen muchos jugadores, que han perdido el rumbo y ya no juegan porque quieran sino porque están enganchados a un juego que ya no les atrae. El juego sigue siendo el mismo,
hay muchísimas más personas jugando de forma normal y controlada que los que tienen un problema con el juego. Pero aun así estos insisten en gritar mucho para que todos sepamos lo que opinan.
Es sencillo, si el juego yano te gusta déjalo.
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