Como cada semana empiezo poniendo a continuación un resumen de 1 artículo que ya había sido publicado en Pastando en Mulgore.
Hacía tiempo ya que no me ocurría algo como esto, pero no tanto como para pensar que las otras veces fue un hecho aislado que no volvería a repetirse. Por mucho tiempo que pase las
personas seguimos comportándonos igual y mantenemos unos patrones de conducta que se pueden repetir sin problemas en individuos muy dispares. |
Os recuerdo que esto no es más que un resumen de lo que ya fue publicado en PEM, si queréis leerlo íntegro junto con los comentarios de los lectores podéis hacerlo aquí.
A estas alturas ya tengo más que asumido que contra la pasividad de la gente no se puede hacer gran cosa, cada uno tiene su propio ritmo de juego, y cada cual piensa en hacer sólo las cosas que
más le convienen. Pero de ahí, del ser pasivo, a quejarse porque los demás también lo sean hay un abismo. Y si encima deciden echártelo en cara no es cuestión de callar y dejar las cosas tal
cual.
Esa es la única manera de mejorar algo en una hermandad, no me refiero sólo al avance sino a la propia interacción entre compañeros. ¿De qué sirve que todo el mundo se apunte cuando uno decide
organizar algo si el día qu eese no está nadie se anima a hacer nada?. Una hermandad es cosa de todos, y todos deberíamos de aprender a llevar el peso y la iniciativa. Pero sobre todas las cosas,
deberíamos de aprender a no buscar en los demás las faltas que nosotros mismos tenemos.
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