Llevo escribiendo sobre temas relacionados con el liderazgo en hermandades de juegos online desde hace unos cuantos años, lo que no sabía era que además del público al que yo pensaba que iba dirigido, los jugadores, hay otro tipo de público que también se lee mis entradas, gente que en muchos casos no juega a nada.
Mi otro público según parece son personas que también tienen que dirigir pequeños grupos, y que aunque no tengan nada que ver con un videojuego, encuentran algún tipo de ayuda en las cosas que yo escribo. Hay de todo, desde profesores novatos o entrenadores deportivos, hasta líderes de campamento de verano, o pequeños empresarios.
Nunca me hubiese esperado algo así, pero por lo visto cosas como las potopreguntas, que están destinadas hacer que los jugadores se hagan un pregunta en la que por lo general no habrían pensado por sí mismos, ayudan (salvando las distancias y cambiando algunos términos) a que otros lectores se planteen esas mismas preguntas en relación a sus propios campos.
Al fin y al cabo lo que yo hago no es tan diferente de lo que puede hacer cualquier gurú del coaching, de esos que tan de moda se han puesto en los últimos años, con la diferencia de que yo ni me creo superior y conocedor de todas las respuestas, ni insisto en dar unas directrices que los demás deben seguir a rajatabla.
Podría decir que soy un consejero, que intento aplicar mis propias experiencia (y las de los que me han pedido ayuda) a cada problema que se me plantea, pero la verdad es que siempre he sido de los que prefiere hacer las preguntas adecuadas para que cada uno busque sus propias respuestas.
Aquí empezó todo con una pregunta muy simple, un ¿Por qué eres maestro de hermandad? Una pregunta que iba destinada que cada uno analizase y contara su propio caso, y el porqué había decidido dedicar parte de su tiempo de juego a organizar el entretenimiento de los demás. Pero muy bien podría haber preguntado por qué eran maestros, emprendedores, empresarios o entrenadores, al final estoy seguro de que las respuestas no habrían diferido tanto las unas de las otras.
Probablemente todo se deba a que el mundo ya no es lo que era, no es tal y como los que peinamos canas aprendimos en la escuela, porque a día de hoy ya no cuesta mucho decir que lo que hemos aprendido en nuestras vidas puede aplicarse sin problemas a un videojuego, pero también que lo que hemos aprendido mientras jugamos tiene aplicación en el día a día.
Comentar este post