![No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes [parte 2]](https://image.over-blog.com/FvG8bpEZnpgn49oslsg3gySRDUk=/fit-in/300x300/filters:no_upscale()/image%2F0885952%2F20150717%2Fob_77f332_hace-1-mes.png)
Recordad que este artículo fue publicado originalmente en Pastando en Mulgore. Si queréis leer el original con los comentarios de los lectores pinchad en el enlace que encontraréis al final
Tal y como empecé a contaros la semana pasada, hoy seguiré explicando el porqué considero un gran error permitir a alguien que se fue a otra hermandad buscando mejor avance volver a la nuestra cuando no lo consigue, y también porqué el permitirles regresar no reporta casi nunca nada bueno. Para empezar, si se fueron es porque aquí no encotraban lo que ellos querían, y por lo tanto siempre existirá la posibilidad de que se vuelvan a ir cuando alguien les ofrezca más avance del que tienen donde están.
Pero lo verdaderamente importante no es el porqué se fueron sino el porqué quieren volver. En mi caso es bien sencillo porque lo que ofrece mi hermandad dista mucho de lo que se puede encontrar en las que están centradas en contenido de raid, la mía sólo ofrece tranquilidad, sociego y compañerismo. Hacemos raids también, pero no tenemos un gran avance ni nos preocupamos por ello, así que cuando alguien quiere volver lo hace esgrimiendo generalmente esos motivos.
Es habitual que vengan diciendo que aquí lo pasaban mucho mejor, que la gente es más amable, que a donde fueron no había buen rollo, etc. Y ahí es cuando yo les tengo que decir que no, que no pueden volver.
Que no pueden volver porque si en realidad les importasen los que eran sus compañeros no los habrían dejado tirados, que si de verdad quisiesen volver a jugar con ellos no habrían dejado de hablarles en el momento en que abandonaron la hermandad, y sobre todo que con su vuelta la hermandad no gana nada.
Es entonces cuando todos se quedan pensando en qué podrían ofrecer a la hermandad, y la mayoría se centra sólo en lo que es obvio, el avance que consiguieron en el otro lado. Eso es lo único que la mayoría tiene para ofrecer; más equipo y experiencia en los jefes de raid. Es decir, sólo nos ofrecen ayuda para avanzar en pve.
Mi respuesta a eso es bien simple, si lo que querían era ayudarnos a avanzar ¿por qué se fueron?. Ahí es donde por lo general empiezan a perder los nervios y directamente me atacan a mi.
Empiezan a decirme que yo no sé dar segundas oportunidades y que todo el mundo puede cometer un error, que ellos se equivocaron y quieren rectificar, etc. A lo que yo les respondo que si de verdad creyesen en las segundas oportunidades deberían de dar ejemplo y dársela a la hermandad en la que están ahora, porque abándonándolos también a ellos sólo consiguen darme la razón a mi.
El problema de fondo está en un comportamiento tan infantil como es el de no saber elegir, y querer que sean los demás quienes carguen con la responsabilidad de sus malas decisiones. Cuando se fueron lo hicierton todos muy alegremente, mirando al futuro con optimismo y sin pensar en las consecuencias de sus actos, pero en el momento en que se dan cuenta de que han cometido un error quieren dar marcha atrás y volver.
Quieren volver porque aseguran que el compañerismo y buen rollo que nosotros les ofrecíamos no lo han encontrado por fuera, y cuando les digo que no, en vez de aceptarlo como una consecuencia de sus decisiones sólo saben culpar a los demás. Quizás lo hagan por una rabieta de niños pequeños, pero yo prefiero pensar que lo hacen porque en realidad no saben algo que yo aprendí hace mucho tiempo.
Que el mayor secreto para conseguir ese buen rollo que ahora tanto echan de menos, está en no permitir que haya en la hermandad gente que no lo valore, y mucho menos a aquellos a quienes en su momento se les dió sin pedirles nada a cambio y aun así no lo supieron valorar.
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