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Como cada semana empiezo poniendo a continuación un resumen de 1 artículo que ya había sido publicado en Pastando en Mulgore.
Los que me conocen o han leído lo que suelo escribir, saben que soy partidario de tratar a todos los compañeros por igual y de no dar a nadie más que al resto, al menos no sin una buena razón.
La mía no es una hermandad enfocada en una vertiente concreta del juego, por lo general dejamos que todo el mundo elija lo que quiere hacer. Sólo hay una regla al respecto; si es algo hecho en la hermandad, todos los que participen tienen que ser de la hermandad.
Ahí radica la fuerza, y al mismo tiempo la debilidad del sistema. Muchas veces al tener que recurrir sólo a los compañeros de la hermandad para poder montar cualquier cosa, lo que ocurre es que se tarda mucho más que si se buscase por otros medios. Y en ocasiones resulta imposible llegar a montar nada.
¿Por qué lo hacemos así?, pues porque la palabra HERMANDAD, al menos para mi significa algo. Significa que somos familia, que estamos juntos tanto para bien como para mal, y que nos debemos fidelidad los unos a los otros. Significa entre otras muchas cosas, que si tenemos que avanzar avanzaremos juntos, y que si caemos los demás estarán ahí para ayudarnos a levantar.
Al principio cuesta entenderlo, y cada vez que entra en la hermandad un nuevo miembro hay que explicárselo. Pero poco a poco van entendiendo el porqué y comprendiendo que la unidad que se crea al jugar con los compañeros es lo que mantiene la hermandad unida.
Muchos me han llamado loco por tener este tipo de ideas; me han criticado por dejar una raid sin montar cuando podría haber metido al amigo de alguien para que nos ayudase a completar el grupo; y otros tantos se han pensado que los despreciaba al no quererlos invitar a una simple raid flexible, únicamente porque no estaban en la hermandad.
¿Cuál es el resultado de esto?, que al final los que han aceptado mi forma de ver las cosas son los que más provecho consiguen de la hermandad. Un grupo duradero, en el que hay gente conectada a casi cualquier hora, y donde no importa lo que quieras hacer en el juego porque casi siempre vas a tener compañeros que vayan contigo.
Hace algún tiempo un jugador de otra hermandad al que conocía, me recriminó por no invitarlo a una raid flexible. Me preguntó que por qué no lo invitaba si tenía hueco, y yo le respondí que aun así la raid era sólo de para gente de la hermandad. No le sentó muy bien y me dijo que me quedase con mi raid de @#$%& , que su hermandad tenía muchos más avance que la nuestra, y que no íbamos a llegar a ningún lado con esa actitud.
Por simple curiosidad miré en la armería la hermandad de este jugador, y me sorprendió ver que a pesar de que él tenía en ese momento mucho más avance personal que cualquiera de nosotros, su hermandad no tenía ninguno de los logros de raid de esta expansión. Porque cuando tiraron a esos jefes de raid no había en el grupo suficientes miembros de la hermandad como para que contase el logro.
Es el problema que tienen muchos, que no saben separar el concepto de avance del de hermandad, y así sólo consiguen que al final cada uno termine por su lado dejando atrás otra hermandad fantasma. Todo por no haberse parado a pensar qué es lo que de verdad importa en una hermandad.
Os recuerdo que esto no es más que un resumen de lo que ya fue publicado en PEM, si queréis leerlo íntegro junto con los comentarios de los lectores podéis hacerlo aquí.
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